“El proyecto busca recrear los momentos inmediatamente posteriores al Big Bang, provocando colisiones de partículas a velocidades cercanas a la velocidad de la luz. De estos grandes y potentes choques se generarán partículas, algunas nunca observadas. Se podrán ver de forma experimental circunstancias similares al momento posterior al Big Bang lo que permitirá corregir y corroborar las teorías cosmológicas existentes y conocer más sobre el nacimiento del universo”, manifestó.
“De este experimento van a surgir una cascada de partículas desconocidas, pero se intenta, sobre todo, encontrar una partícula que hasta ahora no ha sido detectada denominada el Bosón de Higgs (o “partícula de Dios”). La teoría nos dice que se necesita mucha energía para que aparezca, similar a la que se produjo con la explosión del Big Bang” explica Linares.
Las pruebas realizadas con la máquina de Dios, “pueden convertirse en una bisagra para la ciencia, por lo que hay mucha expectativa entre los científicos. Aunque las posibilidades de choques de partículas no son muy altas se ha concretado la posibilidad de realizar muchas pruebas que permitan muchas colisiones y poder así confirmarlas estadísticamente”.
En relación a los cuestionamientos filosóficos y religiosos que surgieron a raíz de este experimento, Linares opinó que “ no debe existir una contraposición entre la ciencia y la religión. Cada uno tiene su nicho particular, su propio campo de conocimiento o investigación. Para un religioso que cree fervientemente que Dios creó al mundo, ¿en qué se contrapone que haya habido un Big Bang?.
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